lunes, 23 de agosto de 2010

El hombre derriba a las instituciones


En nuestro país, suele escucharse en forma general "que las instituciones fallan".
Toda clase de institución: política, eclesiástica, de bien público, universidades, colegios, escuelas, gremios, gobierno de barrio, gobierno de ciudad.....
Verdaderamente, es el hombre el que falla. No las instituciones. Es el hombre actual que parece haberse cebado de desparpajo, de hipocresia, de engaño y manipulación en todo lugar, donde se encuentre ubicado.
A mi entender, el hombre ya no es amador de Dios, por lo tanto se ha vuelto indiferente y está sólo interesado en agradarse a si mismo, agradar a su propio ego y por ello se ha vuelto desobediente de Dios
Y no tiene amistades ni relaciones sinceras con el prójimo, por lo tanto no puede tener relaciones buenas y perdurables.
Los hombres que enseñamos la palabra de Dios y cultivamos una vida en obediencia con Dios, construimos en el lugar donde nos toque estar. Pero el hombre prestado a contiendas, engaños, chismes y que viven preocupados por tener más dinero y más status, por su desobediencia e ignorancia será avergonzado.
El libro de Santiago en el Nuevo Testamento nos dice en el Capitulo 4 versículo 1: " ¿Saben por qué hay guerras y pleitos entre ustedes? ¡Pues porque no saben dominar su egosimo y su maldad.2. Son tan envidiosos que quisieran tenerlo todo y cuando no lo pueden conseguir, son capaces hasta de pelear, matar y promover la guerra! Pero ni así pueden conseguir lo que quieren!
Esto nos indica que no son las instituciones las que fallan, y que es el hombre el que falla a las intituciones. Es el hombre con sus pensamientos.
Porque somos lo que pensamos.
Amados míos, procuremos ser como Henoc, obedientes a Dios. Procuremos ser como Noé y veremos bendiciones en todo lugar a cambio de peleas, pleitos, chismes e instituciones derribadas por el hombre.

Hasta pronto, su amigo
Miguel de Gracia